Tus problemas ginecológicos atendidos con menos dolor y con una recuperación más rápida
Cuando una paciente con un padecimiento ginecológico tiene que enfrentar una cirugía surgen ciertas preocupaciones que tienden a causarles ansiedad adicional a la que ya están pasando debido a su condición. Entre las inquietudes que se presentan se encuentran el temor al dolor postoperatorio, la posibilidad de complicaciones mayores y el tiempo de recuperación que las alejará de sus actividades rutinarias. Sin embargo, gracias a los modernos avances tecnológicos en el campo de la salud, desde hace varios años se emplean técnicas que permiten tratar los problemas ginecológicos con indicación quirúrgica de forma más rápida, fácil y seguro.
La cirugía laparoscópica o la histeroscopia son cirugías mínimamente invasivas que facilitan el tratamiento de padecimientos ginecológicos utilizando una vía de abordaje que evita o reduce al mínimo las grandes incisiones requeridas por la cirugía tradicional evitando así cicatrices que generen dolor, complicaciones mayores y reduciendo drásticamente el tiempo de recuperación. En sus comienzos, ambas cirugías estaban limitadas a patologías benignas y procedimientos menos complejos, pero en la actualidad, prácticamente, cualquier problema ginecológico puede ser abordado usando estos métodos.
¿En qué consisten estas cirugías?
La laparoscopía es la técnica usada para tener acceso al intestino, útero, ovarios, y trompas de Falopio por medio de un laparoscopio (tubo fino y largo conectado a una endocámara). Para introducir el laparascopio se realizan pequeñas incisiones en la piel (en los alrededores del ombligo). Las incisiones varían entre 5 a 10 milímetros. El cirujano que realiza este procedimiento observa, en una pantalla de video conectada con la endocámara, el interior del abdomen y la pelvis.
Por su parte, la histeroscopia, es el abordaje del interior del útero mediante una endocámara y pinzas a través del cuello del útero sin realizar ningún tipo de incisión.
¿Cuándo se recomienda la cirugía mínimamente invasiva?
El doctor Miguel Velázquez Villanueva, del Centro de Ginecología y Laparoscopía Avanzada en San Juan, destaca que para la mayoría de las patologías ginecológicas se puede considerar la laparoscopía o la histeroscopia. Estos procedimientos se usan tanto para realizar diagnósticos como para fines de tratamiento.
Velázquez Villanueva indica que en el caso de la laparoscopía, con fines terapéuticos esta técnica se usa para procesos de esterilización (ligadura de trompas), tratamiento de patología benigna como tumores ováricos quísticos, endometriosis pélvica, esterilidad, extirpación de miomas uterinos, extirpación de útero (histerectomía laparoscópica) y otros. También se pueden tratar otras patologías malignas como el cáncer de cervix, endometrio y ovario.
Mientras, el galeno señala que la histeroscopia es recomendada para estudios de la hemorragia uterina anormal, estudios sobre extensión de cáncer de endometrio y cérvix, diagnóstico de malformaciones uterinas congénitas y estudios de esterilidad. Con fines quirúrgicos se usa para extraer dispositivos intrauterinos, miomas, y pólipos uterinos, tratar hemorragias uterinas y corregir malformaciones congénitas uterinas.
En ambos casos, Velázquez Villanueva afirma es el médico quien valora al paciente y su condición para determinar si someterlo a alguna de estas intervenciones es lo más conveniente.
Ventajas de la cirugía mínimamente invasiva
En términos generales, la cirugía mínimamente invasiva no es muy diferente a la tradicional pero ha demostrado tener mayores ventajas.
Entre las virtudes de este tipo de procedimientos destacan el menor tiempo que la paciente debe permanecer en la institución médica ya que el proceso se realiza de forma ambulatoria; las pacientes sufren menos dolor postoperatorio y enfrentan menos complicaciones luego de la operación como sangrado, riesgo de infección, nauseas y vómitos. Además, el tiempo de limitación física y funcional que experimentan las pacientes suele ser muchísimo menor por lo que regresan a sus actividades cotidianas de forma más rápida. Y aunque no es la ventaja más importante, muchas pacientes se sienten más aliviadas con los resultados estéticos de estas intervenciones ya que las cicatrices que quedan como secuela son mucho más pequeñas.
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